5 razones ecológicas y de salud para reducir el consumo de carne
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Hasta hace poco, la mayoría de las personas optaban por una dieta vegetariana o vegana por razones éticas y morales. Hoy en día, existe una mayor conciencia sobre la ecología, la economía y nuestra salud. La producción industrial de carne tiene un impacto mayor en el medio ambiente de lo que quizás pienses. Más concretamente, incluso mayor que, por ejemplo, las emisiones de los automóviles. Actualmente, el proceso de producción de carne es muy laborioso: se talan bosques, se destruyen ecosistemas enteros para crear espacio para el cultivo de alimentos para animales de granja, consumiendo hectolitros de agua y utilizando pesticidas dañinos. Luego, el alimento producido debe ser transportado, etc. Más del 70 % de la superficie agrícola en la UE se utiliza para la producción de alimentos para animales de granja.
Producimos cada vez más carne
Curiosamente, la producción y el consumo de carne aumentan regularmente a pesar de que en nuestro entorno cada vez conocemos a más personas que han optado por una alimentación basada en plantas. Incluso en la década de 1960, la carne no se consumía a diario. Más bien estaba reservada para ocasiones especiales, como una comida familiar dominical. Hoy en día, el polaco promedio consume alrededor de 79 kg de carne al año (el europeo promedio alrededor de 90 kg). Esto significa que el consumo de carne se ha quintuplicado en los últimos 50 años. Sin embargo, todos estos datos no significan que debamos renunciar inmediata y categóricamente al consumo de carne. Siguiendo el ejemplo de nuestras abuelas, basta con limitarlo, y esto traerá beneficios en muchos aspectos: de salud, éticos, ecológicos y económicos.
Ventajas de reducir el consumo de carne
- Menos sal y conservantes en la alimentación
Al reducir el consumo de carne, proporcionamos al cuerpo menos conservantes, sal y productos procesados. En todos los tipos de embutidos, carne, patés y salchichas, generalmente se trata de productos altamente procesados con un alto contenido de sal. Una dieta rica en estos productos favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial.
- Limitación de la ingesta de ácidos grasos saturados
Para proporcionar grasas saludables, es mejor comer lentejas, nueces y semillas en lugar de carne roja. Al consumir menos carne, suministramos al cuerpo menos grasas animales, que en pequeñas cantidades pueden tener un efecto positivo en la función del cuerpo humano, pero en exceso pueden conducir al desarrollo de enfermedades como:
- Obesidad,
- Arteriosclerosis,
- Trastornos del sistema circulatorio,
- Cáncer de colon.
Mayor contribución a la protección del medio ambiente
Para la producción de solo un kilogramo de carne de res se consumen 15.000 litros de agua, aproximadamente 20 veces más que para la producción de un kilogramo de verduras y frutas. La producción industrial de carne contribuye a la desertificación del suelo y, mediante la liberación de gases de efecto invernadero, al calentamiento global.
- Conciencia limpia
Actualmente, todas las investigaciones científicas demuestran que los animales sienten dolor, miedo y sufrimiento. Un grupo de científicos internacionales firmó en una conferencia en la Universidad de Cambridge una declaración sobre la conciencia en humanos y animales, que entre otras cosas muestra que los animales tienen la capacidad de mostrar un comportamiento consciente, y que los humanos no son únicos en este sentido en cuanto a la base neurológica y la conciencia. También los mamíferos, aves y muchos otros seres vivos, incluyendo por ejemplo los pulpos, poseen las bases neurológicas correspondientes. (La Declaración de Cambridge sobre la Conciencia). Esto significa que los animales merecen más respeto que la cría industrial antinatural, en la que los animales son criados artificialmente, alimentados con hormonas y dietas de engorde para aumentar peso y cuerpo, a menudo sin acceso a la luz natural y pasando toda su vida en jaulas.
- Ahorrar
Tanto la carne como el pescado de buena calidad están asociados con costos relativamente altos. Al limitar la compra de carne y reemplazarla por legumbres, no solo podemos cuidar nuestra propia salud, sino también nuestro bolsillo. Recuerde que una alimentación saludable debe basarse en productos poco procesados y naturales.
No es necesario renunciar completamente a la carne para experimentar estos beneficios. Solo debemos reducir el consumo a la mitad y reemplazar parte de las comidas con productos de origen vegetal más saludables y completos. La proteína de fácil digestión se encuentra en las legumbres, la soja y las alubias, y la fuente de ácidos grasos omega-3 saludables pueden ser las semillas de chía, nueces o semillas de lino. Lo más importante es que nuestra dieta sea variada y rica en vitaminas y minerales.
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