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Cómo nuestros hábitos diarios pueden dañar el medio ambiente y cómo podemos cambiar estos hábitos

por Biogo Biogo 25 Aug 2023 0 comentarios
Wie unsere täglichen Gewohnheiten der Umwelt schaden können und wie wir diese Gewohnheiten ändern können

Contenido:

El tema de la protección ambiental, el cambio climático y la influencia humana en el medio ambiente natural goza actualmente de gran popularidad. Incluso los niños en edad preescolar aprenden cómo separar correctamente la basura, y los alumnos de primer grado recorren parques urbanos, praderas y bosques equipados con bolsas de basura para recoger residuos con motivo del Día de la Tierra. La mayoría de nosotros ya pensamos en comprar con bolsas de algodón reutilizables en lugar de usar esas bolsas de plástico desechables. Sin embargo, podemos tener hábitos que son perjudiciales para el medio ambiente sin ser conscientes de ello. A lo largo de los años, adquirimos y adoptamos diferentes hábitos en casa. ¿Cuáles de ellos deberíamos cambiar por el bien de nuestro planeta?

¿Qué hábitos cotidianos dañan el medio ambiente?

¿Qué hábitos cotidianos, que parecen obvios y naturales y para los que no vemos alternativa, pueden dañar a nuestro planeta?

  • El uso de desodorantes tradicionales, aunque no lo pensemos todos los días, contribuye de diversas maneras a la contaminación del planeta. Estos aerosoles contaminan el aire, contribuyen a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera y a la formación de smog dañino. Los desodorantes en barra vienen en envases de plástico no reciclables. La solución es usar desodorantes orgánicos en cubos o cremas, que vienen empaquetados en una caja de cartón o una caja metálica, así como preparar el desodorante en casa y guardarlo en un frasco. De esta manera, no solo cuidamos el medio ambiente, sino también nuestra salud, ya que los desodorantes ecológicos no contienen sustancias nocivas ni conservantes.
  • El consumo regular y frecuente de carne roja – la ganadería intensiva tiene un enorme impacto en el medio ambiente. Para producir solo un kilogramo de carne roja, se necesita diez veces más agua y 30 veces más tierra que para otros animales. La producción de animales para carne, así como la producción de piensos y el transporte asociado en esta parte de la industria, son responsables de la emisión de una gran cantidad de gases de efecto invernadero. La deforestación de selvas tropicales para crear campos para el cultivo de alimento para animales tiene un enorme impacto en el cambio del ecosistema natural y la extinción de algunas especies salvajes. Verduras y frutas son una excelente, sabrosa y sobre todo saludable alternativa a la carne roja. El cultivo de verduras es sin duda más eficiente, consume menos agua, requiere menos espacio y produce incomparablemente menos gases de efecto invernadero.
  • Uso de detergentes que contienen sustancias nocivas para el medio ambiente: los detergentes comunes, polvos de lavado, blanqueadores y leches limpiadoras disponibles en droguerías y supermercados contienen numerosos productos químicos, como los fosfatos, que junto con el agua de nuestras lavadoras y fregaderos llegan al medio ambiente natural, representando un peligro tóxico para los organismos acuáticos. Todos estos productos están envasados en plástico, que a menudo no es apto para el reciclaje. Sin embargo, debe lavar: la solución puede ser lavar con copos de jabón, nueces de lavado o polvos de lavado caseros, o elegir un polvo de lavado ecológico prestando atención a su composición.
  • Desperdicio de alimentos: lamentablemente, todavía compramos demasiados alimentos que simplemente se desperdician y terminan en la basura. Esto no es bueno ni para nuestro bolsillo ni para el medio ambiente. Aproximadamente el 90 % de los alimentos terminan en vertederos, donde no contribuyen a la fertilización del suelo, pero son responsables de una parte considerable de las emisiones de metano a la atmósfera. Por lo tanto, intentemos hacer las compras de alimentos de manera sensata, siguiendo la lista y en cantidades que realmente podamos consumir.

Por preocupación por el medio ambiente y el futuro de las próximas generaciones, también deberíamos intentar usar la menor cantidad posible de plástico diariamente, leer las etiquetas de los productos y comprar con conciencia, elegir productos orgánicos, comprar alimentos por peso en lugar de envolverlos innecesariamente en plástico. La basura plástica que produce el ser humano se genera a un ritmo y en cantidades tales que, a pesar de su reciclaje parcial, se acumula tanto que simplemente no podemos procesarla. Por lo tanto, vale la pena considerar renunciar a la compra de agua en botellas de plástico, tomar el café en nuestro propio termo en lugar de comprarlo en vasos desechables en la ciudad, o limitar el uso de bolsas plásticas desechables. Estos pequeños cambios no afectarán nuestra calidad de vida, al contrario.

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