¿Cómo se almacenan correctamente los alimentos?
¿Cómo se deben almacenar correctamente los alimentos para que no se echen a perder rápidamente y conserven sus mejores propiedades y valores nutricionales? El almacenamiento adecuado de los alimentos previene, en primer lugar, que se desperdicien y se tiren, y en segundo lugar, asegura que los alimentos que consumimos estén frescos y no nos hagan daño. A primera vista, el tema del almacenamiento de alimentos parece sencillo: simplemente ponerlos en el refrigerador y listo. Sin embargo, resulta que hay productos que no se pueden guardar en el refrigerador, y aquellos que sí, deben tener su lugar específico dentro de él.
Productos secos
Todo tipo de sémola, frijoles y guisantes, harina, arroz y fideos pueden almacenarse con éxito en armarios de cocina y cajones o, si los tenemos, en la despensa. Después de abrir el paquete, vale la pena verterlos en recipientes, preferiblemente de vidrio, para que no penetre humedad. No agregue una nueva porción del producto, por ejemplo, harina, al recipiente antes de haber consumido la anterior. Esto nos permite evitar mezclar alimentos frescos con alimentos que se acercan a su fecha de caducidad. Antes de llenar un recipiente vacío con harina o sémola fresca, vale la pena lavarlo y secarlo bien.
Aceites y aceite de oliva
No los almacene en un lugar soleado y cálido, ya que perderán vitaminas y se enranciarán más rápido. Aceites como el de colza o girasol deben guardarse en un armario cerrado. El aceite de oliva normalmente se vende en botellas especiales y oscuras. Además, guárdelo en un lugar sombreado y fresco. Un aceite que debe refrigerarse es el aceite de linaza.
Pan
El pan y los panecillos se mantienen frescos por más tiempo si los envolvemos en un paño de lino y los colocamos en una bolsa para pan, preferiblemente de madera, o en un recipiente de cerámica cerrado. Bajo ninguna circunstancia se debe guardar el pan en bolsas de plástico. El plástico, en primer lugar, es perjudicial para el medio ambiente y nuestro cuerpo, y en segundo lugar, hace que el pan se enmohezca más rápido.
Frutas y verduras
Resulta que la mayoría de las frutas y verduras "no les gustan" las temperaturas bajas y definitivamente es mejor almacenarlas a temperatura ambiente. En el refrigerador pierden su sabor, aroma y firmeza, como los tomates, pepinos o manzanas, o absorben muy intensamente otros olores del refrigerador, como por ejemplo los cítricos. Las frutas y verduras que no deben refrigerarse son:
- Tomates,
- Pepinos,
- Zitrus,
- Peras,
- Manzanas,
- Patatas,
- Zanahoria,
- Pimienta,
- Ajo,
- Cebolla,
- Aguacate,
Las frutas que se pueden conservar en el refrigerador son principalmente fresas, arándanos y frambuesas, así como uvas (hasta 48 horas). Sin embargo, se debe tener en cuenta que no se deben lavar antes de guardarlas en el refrigerador, sino justo antes de consumirlas.
Otros alimentos que no les gusta el refrigerador o que no necesitan almacenarse en él son:
También es importante almacenar los alimentos correctamente en el refrigerador. Esto se debe a que cada estante tiene una temperatura ligeramente diferente: cuanto más alto es el estante, más cálido es. Por lo tanto, la carne se almacena mejor en el nivel más bajo. Los embutidos, el requesón, el pescado ahumado y los huevos deben almacenarse bien en el estante medio. El estante superior es un buen lugar para el yogur, el kéfir o la leche. Aquí también se pueden guardar las sobras. Los cajones en la parte inferior del refrigerador se utilizan para almacenar frutas como fresas o frambuesas, así como quesos duros y curados. Por otro lado, los estantes en la puerta del refrigerador son un lugar para salsas o jugos.
Por último, es importante mencionar las reglas generales que se deben seguir. Nunca coloque alimentos en el refrigerador que aún no estén fríos, ya que pueden dañarse y además consumirán mucha más energía. Tampoco abra el refrigerador con frecuencia ni deje la puerta abierta por mucho tiempo, porque entonces el refrigerador tendrá que trabajar más. Estas reglas simples son beneficiosas desde un punto de vista económico y ecológico. Tampoco vale la pena comprar demasiados alimentos, ya que incluso los mejor almacenados se estropean eventualmente, y solo en la cantidad que realmente podemos consumir.
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